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Cómo hacer una buena persona de tu terrible jefe insoportable: una guía para empleados

La mala naturaleza del jefe es una de las razones más comunes para despedir a los empleados a voluntad. Incluso si todas las demás condiciones de trabajo son satisfactorias, no muchos subordinados están listos para soportar el mal genio y la incompetencia. Además, la opción de cambiar el administrador casi nunca se considera.

La idea de reeducar a su jefe puede parecer un sueño imposible y una utopía, pero eso no es del todo cierto. Hay trucos que te ayudarán a ser una buena persona con tu jefe.

Declaración del problema.

Para alcanzar el objetivo, debe estar correctamente definido. Debe trabajar con las características específicas del jefe, lo que afectará directamente la relación con él en el proceso de trabajo. Entonces, los expertos señalan 5 cualidades principales de un buen jefe:

  • Disponibilidad para ayudar. Un mal jefe no piensa en cómo, con qué recursos y en qué condiciones sus subordinados cumplen con sus deberes. Sin embargo, le interesa facilitar su trabajo proporcionando, si es posible, todo lo necesario para ello.
  • Motivacion El apoyo a los empleados puede consistir no solo en la creación técnica de condiciones, sino también en la asistencia psicológica, cuyo factor principal será la motivación para nuevos éxitos y logros.
  • Creando una atmósfera de confianza. Con buenos jefes, naturalmente se forma una atmósfera confidencial dentro del equipo.
  • Comentarios Los empleados no solo deben comprender sus tareas, sino también conocer la calidad de su implementación. Por ejemplo, un buen jefe señalará con delicadeza los errores en el trabajo realizado o enfatizará las fortalezas, pero ciertamente proporcionará esta retroalimentación.
  • Capacidad para tomar las decisiones correctas. El líder mismo no está a salvo de errores, pero debe haber desarrollado un sistema de toma de decisiones basado en el principio de responsabilidad tanto para la empresa como para sus subordinados.

Desafortunadamente, solo unos pocos líderes corresponden a todas estas cualidades. Pero al menos puede intentar cambiar la situación para mejor.

Reunirse con el jefe

El trabajo sobre el cambio comienza con la planificación de una reunión con el jefe. Esta es la forma más segura y quizás la única para alcanzar sus objetivos. Los estudios demuestran que muchos empleados experimentan un deseo interno de establecer una comunicación directa con la alta gerencia, con la esperanza de resolver problemas urgentes durante una conversación. Este es un paso completamente lógico y justificado, que debe decidirse si la necesidad está madura para el cambio. Solo queda abordar correctamente la organización de la reunión para que no termine en decepción.

La actitud correcta para hablar

Inicialmente, debe decidir el mensaje psicológico de la reunión del iniciador. No importa cuánta irritación pueda acumularse en relación con el jefe, debe comenzar una conversación con él en un estado de calma. No se apresure de inmediato a criticar y enumere las quejas. Esto no dará ningún resultado que no sea una respuesta negativa. El mensaje debe ser amigable, pero con tareas comprensibles, que tampoco deben ser olvidadas.

Definiendo Expectativas

Uno de los temas básicos que deben abordarse durante la conversación son las expectativas del jefe del empleado. Comprender exactamente lo que el gerente espera de un subordinado, en sí mismo, puede resolver muchos problemas en las relaciones comerciales. Es importante establecer claramente este tema con la designación de párrafos específicos sobre obligaciones.Bien puede ser que el jefe no quiera hablar sobre eso y evadirá las respuestas. En tal situación, puede expresar su visión de sus tareas, con las cuales el trabajo continuará. Gradualmente, el jefe mismo comenzará a involucrarse en la discusión, revelando sus expectativas de manera más completa.

Priorización

Es poco probable que los deberes del empleado más joven de la empresa encajen en un conjunto de 2-3 tareas. Incluso si sus funciones son simples, consistirán en diferentes operaciones de orden pequeño. A medida que las tareas se vuelven más complicadas, el problema de su segmentación según el principio del valor de prioridad se agudizará. Es importante que el empleado sepa lo que importa en caso de escasez de tiempo u otros recursos de trabajo tendrán que aparecer en primer plano y cuáles pueden posponerse. El jefe debe hablar sobre estas prioridades, lo que, tal vez, hará que su comprensión de los deberes de los subordinados sea más clara.

Definición de límite

La falta de condiciones claras del proceso de trabajo le permite al jefe abusar de sus poderes. Esto se puede expresar en varias formas con solicitudes e incluso requisitos dirigidos al empleado. Como resultado, bajo la presión de un empleado superior acepta condiciones desfavorables solo porque inicialmente no se establecieron límites claros de su actividad laboral.

Además, incluso si existe una regulación con reglas que rigen la actividad laboral, su revisión puede llevarse a cabo. Por ejemplo, los límites pueden estar relacionados con las horas de trabajo, el número de descansos, el volumen de trabajo realizado, etc. Si el subordinado no puede cumplir con sus deberes en las condiciones dadas, tiene todas las razones para al menos hablar de ello con el jefe. Además, es importante enfatizar que los cambios finalmente beneficiarán no solo al empleado mismo, sino también a la empresa.

Como muestra la práctica, las condiciones laborales favorables afectan positivamente la productividad de los empleados. Esta comprensión debe transmitirse al jefe, después de lo cual habrá una posibilidad de que continúe estando más atento a las condiciones de trabajo de sus subordinados.

Control de cambios

Es improbable que una reunión arroje los resultados esperados, pero formará un punto de informe para el progreso y establecerá la dirección para avanzar mejor. A continuación, debe poner en práctica la celebración regular de reuniones con una discusión de los cambios planificados. Los siguientes temas deben plantearse durante tales conversaciones:

  • La dinámica del progreso. En primer lugar, es necesario compartir con el jefe las impresiones sobre los cambios. Es importante que sepa exactamente cómo los acuerdos concluidos en la primera conversación afectaron el proceso de trabajo.
  • Revisión de expectativas. Incluso pequeños cambios pueden afectar muchos aspectos del trabajo, lo que llevará a la necesidad de revisar las expectativas del jefe.
  • Confirmación de límites establecidos. Si en el pasado hubo hechos de violación de límites previamente acordados, es necesario informar al jefe para que tome las medidas apropiadas para su nueva aprobación.
  • Revisión de prioridades. Es posible que en algún momento se requiera un cambio en las prioridades con respecto a las funciones de trabajo. Esta pregunta también debe plantearse para que tanto el jefe como el propio empleado comprendan correctamente las tareas que enfrentan.

Conclusión

No cuente con cambios rápidos en la naturaleza del jefe. Los mecanismos establecidos para controlar el proceso de trabajo en sí mismos están destinados a mejorar las relaciones comerciales, pero requieren que el jefe muestre su voluntad original. ¿Esta terrible persona podrá encontrarse, quizás, abandonando parte de sus principios? Si puede, entonces el progreso ciertamente irá en la dirección correcta. Y para que esta voluntad se manifieste, es necesario durante las conversaciones enfatizar la necesidad de alcanzar intereses comunes. Es importante recordar que, en última instancia, se trata de los beneficios para la empresa y no de los deseos personales de un subordinado en particular.


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