La naturaleza y los pasatiempos de las personas pueden ser muy diferentes de lo que las personas esperan de una persona con una u otra apariencia. Un gran ejemplo de esto puede ser un ex boxeador de aspecto duro que resultó ser un pastelero excepcional.
Renat Agzamov, un ex campeón de boxeo ruso, desde la infancia luchó por su pasatiempo favorito: hornear. A pesar de los éxitos en el boxeo, quería desarrollarse en las artes culinarias.
El atleta nacido en Kiev, cuando era niño, se mudó a Sochi con sus padres. Desde temprana edad estuvo interesado en la panadería y su fabricación. La abuela le enseñó a Renat y a su hermano Timur, quien también se convirtió en pastelero, varios secretos culinarios.
A los 10 años, con su propio dinero acumulado, compró su propia licuadora personal para aprender a cocinar. Junto con la cocina, Renat también estudió boxeo, y finalmente se convirtió en el campeón olímpico en este deporte.
Pero la vida no siempre fue favorable para él.
Cuando los hermanos estudiaron en la escuela culinaria, su padre sufrió un derrame cerebral y Renat, de 15 años, comenzó a buscar trabajo. Entonces se convirtió en pastelero.
Desarrollando gradualmente sus habilidades y ganando una competencia culinaria, los hermanos decidieron ir a Moscú.
Al principio, fue especialmente difícil para ellos, incluso tuvieron que pasar la noche en las estaciones de tren. Sin embargo, gradualmente encontraron trabajo y ganaron la aprobación de los amantes dulces con sus pasteles.
Ahora Agzamov ha abierto su propia compañía, trabajando con Fili Baker. Es el creador de algunos de los mejores pasteles de boda del mundo.
Sus clientes son personas famosas en Europa y Asia. La belleza de las obras maestras culinarias es increíble, y el precio de un pastel puede alcanzar los 180 mil dólares.
Esta historia muestra bien que no solo puedes combinar diferentes intereses en tu vida, sino que también, después de pasar por dificultades, encontrarte a ti mismo y a tu vocación.