La historia de las relaciones diplomáticas entre Irán y Rusia tiene más de tres siglos. La primera embajada iraní en Moscú apareció en 1592, cuando la dinastía Rurik gobernó las tierras rusas, y la dinastía Shah de Sevefids, que estableció su autoridad a principios del siglo XVI, gobernó Persia. Aunque la historia de la relación diplomática entre Irán y Rusia conoce sus altibajos, la mayoría de los historiadores coinciden en que, en su mayor parte, fue una relación bastante pacífica y equilibrada, basada en la búsqueda del beneficio mutuo.
Cómo encontrar la embajada iraní en Moscú
La misión diplomática de la República Islámica de Irán se encuentra en una de las zonas más prestigiosas de la capital rusa, en el bulevar Pokrovsky, en el número 7.
Antes de la revolución, el área era famosa por sus numerosas iglesias, monasterios y propiedades. Como se encontraba a cierta distancia de las principales áreas residenciales y comerciales de la capital, era costumbre establecerse aquí en fincas que muchos comerciantes y dueños de fábricas en Moscú podían pagar.
Posteriormente, una de estas propiedades albergará la misión diplomática de Irán. Aunque el edificio fue transferido a Persia en 1921, fue completamente reconstruido para las necesidades de la embajada iraní en Moscú en 1961. Esta perestroika planteó muchas preguntas entre los historiadores y defensores de la ciudad.
Construyendo historia
La embajada iraní en Moscú, cuya dirección es bien conocida por los guardias de la ciudad y los amantes de la historia urbana de Moscú, se encuentra en la antigua finca de comerciantes e industriales.
Los primeros propietarios y constructores de la finca de la ciudad fueron los propietarios de la fábrica Krestovnikov, que decidieron adquirir su propio nido familiar en Moscú. La finca fue construida en un estilo popular entre el filisteísmo de Moscú: el estilo del Imperio de Moscú. Además del edificio principal, el edificio señorial tenía dos alas, una de las cuales luego se convirtió en una casa de vecindad.
Los industriales fueron propietarios de la finca hasta los años sesenta del siglo XIX, y más tarde la propiedad fue transferida a los comerciantes y millonarios Naydenov, quienes llevaron a cabo la reconstrucción del edificio, modernizándolo significativamente.
Nuevos propietarios
La embajada iraní en Moscú recibió este edificio debido a que Irán fue uno de los primeros en reconocer al joven estado soviético. Además de la casa en Pokrovsky Boulevard, 7, la misión iraní también es propietaria de la residencia del embajador, que se encuentra en la calle Novatorov. En la residencia del embajador, hay una escuela religiosa en la que estudian los niños del personal de la embajada y, además, funciona la mezquita Khatam Al-Anbiya.
La Embajada de Irán en Moscú lleva a cabo importantes funciones representativas, cuya importancia es especialmente evidente en el contexto de una rotación comercial cada vez mayor entre los dos estados, así como debido a una convergencia cultural cada vez mayor.